Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor aunque la violencia se practica a plena luz del día.

jueves, 24 de marzo de 2011

Vomito sobre los indemnes, sobre aquellos vecinos que dijeron que de mi casa entraban y salían armas, los que asintieron el secuestro de Miguel, el hermoso ferroviario que ES el papá de mi hermano. Al menos a vos, ferretera hija de puta, te explotó una garrafa. Así y todo, nuestra venganza será ser felices.
Vomito sobre los milicos de Campo de Mayo, los que mientras con mi mamá recorríamos reparticiones buscando a Miguel nos decían a mí y a mi hermana, mostrándonos un poster con fotos de "subversivos": "Cuál de estos es su papá?".
Vomito sobre el cana de la comisaría de Caseros, el que le dijo a mi mamá, que preguntaba por el paradero de Miguel: "Y, se debe haber ido con otra".
mito sobre los "educadores" que me hicieron la siguiente oferta para continuar en mi escuela: "Si te callás, podés seguir estudiando acá".
Vomito sobre los que hicieron que hoy, después de tanto tiempo, mi hermana Natalia Díaz escriba esto: "era tan chica, y no entendía nada, solo que Miguel no volvía y no volvía y no volvía..."
lo escribió mi papá entre estados y estados de facebook.
me da a pensar que hay miles de almas destrozadas en pedacitos, y que aunque intentamos reconstruirlas, siempre falta un pedazo, que en este caso, es Miguel Ángel Horton.

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